# 58

MUJERES EN LA POLÍTICA EN EL ÁFRICA SUBSAHARIANA

Derechos

EL PROTOCOLO DE MAPUTO

Cambio

LA LEY DE PARIDAD SENEGAL, REFERENTE Y OBJETIVO PARA MUCHOS PAÍSES

Gobernanza y Sociedad civil

RUANDA, LA ESPERANZA DEL CAMBIO

Voces y testimonios

AMINATA DIALLO

Derechos Humanos de las Mujeres

5. NOMBRES PROPIOS DE MUJER EN LA POLITICA SUBSAHARIANA

En un contexto de envejecimiento a nivel global, la población de África sigue creciendo a un ritmo mucho más elevado que en el resto de los continentes.  Según datos estadísticos, las mujeres africanas conformarían en este momento el 8% de la población mundial. En todo el mundo el papel de las mujeres está siendo determinante para poder realizar cambios hacia un mundo más igualitario y en África, con toda su diversidad, también se están dando esas transformaciones.

Vivimos en un momento en el que ya no es posible valorar el desarrollo de un país sin hacer visibles a las mujeres y las políticas enfocadas en su empoderamiento y supervivencia.  Se suele unir la idea de la presencia de mujeres en la política con la mejora de políticas de desarrollo, ya que estas políticas suelen poner el foco también en temas relacionados con la salud de las mujeres, y ello repercute positivamente en la salud de sus comunidades. Los sectores en los que se suelen reflejar estas mejoras suelen ser el aumento de la esperanza de vida de las mujeres y las reducciones en mortalidad materna e infantil. Existen diferentes investigaciones que demuestran que la salud pública es un ámbito que las mujeres parlamentarias africanas consideran como prioritario, hecho que no se da tanto en el caso de los hombres parlamentarios.

No hay duda de que la presencia femenina en la política tiene un impacto extremadamente positivo en la lucha contra el patriarcado, ya que las mujeres interpelan problemáticas específicas sobre cuestiones de derechos de las mujeres; aun así, este camino tampoco está siendo fácil. En África también, las mujeres políticas tienen que hacer frente a discriminaciones y vejaciones sustentadas en estereotipos de género. Para hacer frente a esto, se han redactado leyes y decretos que reglamentan el acceso de las mujeres a la arena política.

Sin embargo, como veremos a lo largo de este número, son muchos los nombres de mujer en primera fila de la política africana que han llegado con fuerza para visibilizar y priorizar otras realidades. Uno de ellos es el de la actual presidenta de Etiopia Sahle-Work Zewde, que al tomar posesión de su cargo dijo “Si alguien piensa que hablo mucho sobre mujeres que espere a escuchar todo lo que tengo que decir”.  Es imposible nombrar a todas, pero es importante visibilizar su papel transformador desde las distintas posiciones que ocupan. No todas llegan a los parlamentos, pero desde las asambleas y grupos de mujeres también se están liderando revoluciones y están siendo motor de cambio.

Artículos en este número...

  • 1
    EL PROTOCOLO DE MAPUTO
  • 2
    LA LEY DE PARIDAD SENEGAL, REFERENTE Y OBJETIVO PARA MUCHOS PAÍSES
  • 3
    RUANDA, LA ESPERANZA DEL CAMBIO
  • 4
    AMINATA DIALLO
  • 5
    5. NOMBRES PROPIOS DE MUJER EN LA POLITICA SUBSAHARIANA

Protocolo de Maputo, con este nombre se conoce al anexo a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (1981) en el que se garantizan los derechos de las mujeres. Este protocolo, firmado en 2003 y que entró en vigor en 2005, es un instrumento legal sin precedentes, que garantiza derechos genéricos y específicos para las mujeres. En él se establece igualdad para las mujeres en los derechos civiles y políticos, asegurando así la participación y representación política, el derecho a la igualdad en las relaciones familiares, el derecho a la tierra…  A pesar de que ellas producen cerca del 70% de los alimentos en África, sólo son dueñas del 5% de las tierras.

Según la SOAW, Solidarity for African Woman, es el documento más progresista y completo sobre los derechos de las mujeres, aunque en muchos países su aplicación queda muy lejos de lo que dictamina el texto. Incluso en Ruanda, uno de los países con mayor igualdad formal del mundo, la realidad deja mucho que desear. Si bien se ha avanzado mucho en cuanto a instrumentos políticos, falta que se traslade a la sociedad, ya que sigue, en algunos casos, anclada al “derecho de familia”, a los usos y costumbres; y, en consecuencia, se acaba obstaculizando algunos de los avances propuestos en el texto.

La carta de Maputo ha sido firmada por 49 de los 54 Estados africanos, aunque 14 de ellos aún no la han ratificado. Tres son los países que no la han firmado ni ratificado: Marruecos, Egipto y Botsuana.

“Insto a los estados africanos a ratificar el protocolo de Maputo inmediatamente, porque los derechos humanos de las mujeres africanas no pueden esperar, igual que no pueden hacerlo los de ninguna persona".                      Graça Machel, politíca, profesora y activista social

Cabe destacar en este texto que se dedique un capítulo a prácticas dañinas contra las mujeres como es la Mutilación Genital Femenina. El texto incorpora un enfoque interseccional al hablar de las mujeres, teniendo en cuenta la diversidad del continente, compuesto por países y culturas muy diferentes, reflejando su heterogeneidad. Ya no habla de mujer como concepto único e igualitario, sino que se visibiliza y reivindica la diferencia.

EL 28 de mayo de 2010 se aprobaba la ley de paridad en Senegal mediante la cual se regula la obligación de que todas las instituciones electas garanticen y presenten una paridad absoluta. Esta ley fue posible debido a las múltiples marchas y acciones que llevaron a cabo las mujeres de Senegal. Sin embargo, la aprobación de la ley no fue suficiente y hubo movilizaciones para lograr incluir sus nombres en las listas de los partidos.

Hoy en día, gracias a esta norma, Senegal está situada entre los países con mayor paridad en cuanto a la representación política de las mujeres. En las elecciones de febrero de 2019, de un total de 165 diputadas y diputados fueron elegidas 71 mujeres, lo que supone un 43%. En cambio, sólo 8 mujeres fueron electas para ser ministras, frente a 25 hombres, es decir, el 24%.

Con esta ley se pudo hacer frente a los bloqueos a la participación política de las mujeres, bloqueos llevados a cabo bajo el amparo de la religión, la tradición o las diferentes culturas. Se han dado avances en la representación política, pero todavía existen muchas diferencias entre entornos rurales y urbanos.  De los 300 partidos políticos existentes actualmente en Senegal, sólo tres están liderados por mujeres.

A pesar de los numerosos acuerdos internacionales, regionales y nacionales, la situación de las mujeres sigue siendo de enorme desigualdad. La meta no es solo conseguir la paridad en representación, sino también analizar la calidad de ésta y comprobar cómo es la distribución interna dentro de los diferentes partidos políticos, cuáles son los puestos y las responsabilidades que se dan entre mujeres y hombres y constatar que se está haciendo un reparto equitativo de las tareas. Así todo, esta ley se ha convertido en referente y objetivo de muchos países.

En 2017, Ruanda ocupaba el 4º lugar en el informe sobre brecha de género que elabora el Foro Económico Mundial, por encima de países referentes en paridad como Suecia o Canadá.  El proceso de reconstrucción del país después del genocidio sufrido tiene mucho que ver en la consecución de este puesto.

El rol de las mujeres después de las consecuencias sufridas durante el genocidio fue primordial en la reconstrucción del país; pues muchas de ellas se convirtieron en agricultoras, constructoras o activistas del cambio. Se formaron muchas asociaciones femeninas, entre ellas Pro-Femmes, organización conformada por defensoras de derechos humanos y que tuvo y tiene un papel importante en la política del país.

La constitución del 2003 cita en su preámbulo la igualdad entre mujeres y hombres como base fundamental del nuevo país. Pero ésta no es la única mención feminista de las leyes ruandesas: en 2008 se aprueba la ley sobre violencia de género, donde se incluyen protecciones innovadoras como la prohibición de la violación conyugal o la obligación de una baja maternal de 3 meses. En 2009 se aprueba una ley de trabajo con protecciones especificas contra la desigualdad salarial o el acoso sexual en el trabajo.

Ruanda ha sido también el primer país del mundo en representación femenina en el parlamento nacional, hay más mujeres que hombres en la cámara baja, 49 de un total de 89 representantes.

Cuentan también con un Ministerio de Género y de Promoción de la Familia que trabaja en colaboración directa con los diferentes Consejos Femeninos Nacionales, que son los foros encargados de afianzar el compromiso feminista en las políticas del país. También existe la Oficina de Seguimiento de Género, donde está implicada la sociedad civil y diferentes órganos a nivel local y regional. La ministra de Género, Esperance Nyirasafari presentó algunos de los avances conseguidos en una sesión de la Comisión de Naciones Unidas para el Estatus de la Mujer, entre ellos la reducción del porcentaje de mujeres en pobreza extrema de un 40% en 2001 a un 16,3% en 2014. Otro avance ha sido el acceso a la posesión de la tierra que ya cuenta con las siguientes cifras: 26% de las mujeres la poseen de forma personal y un 54% de ella figuran como cotitulares con sus maridos.

Sin embargo, como en tantos países, la igualdad real tampoco ha llegado a Ruanda, a pesar de contar con políticas feministas muy progresistas. La diferencia entre las mujeres de los entornos rurales y urbanos sigue siendo grande y hace falta entre otras medidas, asegurar el acceso a la educación. Y es que en las áreas rurales el 24% de las mujeres nunca ha ido a la escuela y en las áreas urbanas este porcentaje baja hasta el 13%. Además, la violencia machista que se sufre en las aulas por parte del profesorado y alumnado es muy elevada en todo el territorio.

Otros datos confirman la idea de que queda mucho por hacer; las mujeres ruandesas emplean cada semana 20 horas más que los hombres en las tareas domésticas, el cuidado de las criaturas y el trabajo voluntario ligado a la comunidad.  El patriarcado se resiste también en Ruanda, a pesar de estas políticas avanzadas. Un 34% de las mujeres reconoce que ha sufrido violencia sexual o física por parte de su pareja alguna vez en su vida.  Aunque las medidas tomadas arrojan rayos de luz en la vida de las mujeres ruandesas, siguen existiendo demasiadas sombras.

Aminata Diallo, se doctoró en derecho islámico en 2018 convirtiéndose en la primera mujer de Guinea Conakry en hacerlo. Dedica su actividad docente, investigadora y divulgadora a promover la igualdad entre hombres y mujeres en su país natal y en el Islam. El pasado mes de diciembre (2019) estuvo en Bilbao con motivo de la celebración del Seminario Internacional de los Derechos Humanos de las mujeres en África organizado por Solidaridad Internacional, momento que aprovechamos para hablar con ella.

¿Qué obstáculos enfrentan las mujeres que quieren participar en la vida política?

Los límites que dificultan a las mujeres el acceso a la política son socioculturales y político-institucionales: los socioculturales están vinculadas a la situación tradicional de la mujer dentro de la sociedad, por el poder de la religión y de los hombres en sus comunidades.

 Los político-institucionales tienen que ver con la representación política de las mujeres a nivel local pues se enfrentan a obstáculos relacionados con la educación, la escolaridad, la situación socioeconómica, el grado de integración en su entorno y su propia influencia como mujer lideresa en su pueblo.

Hay que señalar que al poco tiempo de casarse, las mujeres se convertirán en madres y serán la mayor parte de su tiempo las cabezas de familia, con el agravante de que si viven en entornos rurales estarán trabajando en el sector agrícola o en tierras que no les pertenecen y en condiciones de trabajo inadecuadas que van desde el transporte clandestino inseguro hasta los salarios miserables ... ¿cómo se puede hablar de participación política en estos contextos?  Normalmente, en la sociedad tradicional, la niña recibe una educación limitada a su futuro papel como esposa y madre. “El matrimonio es todo su destino ".

Con respecto a las consideraciones religiosas me pregunto:

¿Por qué, prácticamente en todas partes y casi siempre, las mujeres son consideradas inferiores a los hombres y están sujetas a exclusión, discriminación o segregación?

Esbozar respuestas a estas preguntas es buscar los fundamentos de la exclusión de las mujeres tanto para islamistas como para quienes profesan la religión cristiana.

Las mujeres siguen estando poco presentes en la esfera política: en 2015, las mujeres guineanas ocuparon el 22% de los escaños parlamentarios y el 15% de los puestos ministeriales. La política en Guinea sigue siendo un dominio casi exclusivamente masculino donde hay muchas discriminaciones, institucionalizadas o de facto, entre hombres y mujeres.

¿Crees que existen diferencias en torno a la violencia contra las mujeres en áreas urbanas o rurales?

No, la violencia contra la mujer es tan frecuente en las zonas urbanas como en las rurales, aunque varía ligeramente según el origen étnico.

Pero hay que hablar también del alto porcentaje del matrimonio infantil, que en Guinea es uno de los más altos del mundo: en promedio, 3 de cada 5 niñas se casan antes de cumplir 18 años.

En ciertas regiones del país, como Guinea alta, Guinea media y Guinea forestal, la tasa del matrimonio precoz es superior al 70%: una cifra dos veces más alta que el promedio del África subsahariana donde el porcentaje es del 37%

¿Identificas algunas resistencias entre mujeres hacia aquellas que han elegido el camino de la política?

Si, las mujeres en general no apoyan las prácticas políticas de las mujeres, en muchos casos no confían en las candidatas y tienden a dar su voz a los hombres. Esto puede explicarse por la baja conciencia política y legal de las mujeres. Normalmente, las mujeres no tienen conciencia de su poder electoral y su capacidad de contribuir eficazmente al cambio.

¿Cuáles podrían ser los caminos que facilitaran la entrada en la carrera política de las mujeres?

Creo que un camino podría ser el facilitado por las asociaciones. El ambiente asociativo permite a las mujeres abrirse a las demás, disipar su timidez e interesarse por el debate público que se está llevando a cabo en el país.

Son espacios donde las mujeres se observan entre sí a través de un marco participativo que constituye generalmente un trampolín para la ascensión en la vida política.

Otro camino sería el de la herencia política; con este término nos referimos al beneficio del capital de crédito moral que una persona puede disfrutar debido al pasado político de su padre, su madre o su cónyuge. Ha sido puerta de entrada a la política de muchas mujeres, es el caso por ejemplo del presidente Sékou Toure y su hija Aminata Toure.

Nunca serán suficientes, aunque sí son numerosas, las mujeres que están llegando a la primera línea de la actividad política en África.  A continuación, una breve biografía de algunas de ellas.

GRAÇA MAHEL

Nacida en 1945 en Mozambique, es política, profesora y activista social. Ha sido la primera mujer en ser primera dama de dos naciones, primero lo fue en Mozambique y después en Sudáfrica, sin embargo, quienes han seguido su trayectoria dicen que su papel ha sido mayor que el de ser la primera dama.

Entre 1975 y 1989 fue ministra de Cultura y Educación de Mozambique, convirtiéndose en la única mujer en el Gobierno en aquel momento y en la primera en acceder a una cartera ministerial en la historia del país. Durante su mandato aumentó significativamente la tasa de alfabetización en el país.

Es conocida internacionalmente por haber sido la mujer de Nelson Mandela, aunque su trayectoria política y activista como Graça Mahel ha sido preeminente en su vida, y ha sido galardonada con diferentes reconocimientos como el Premio princesa de Asturias de Cooperación Internacional.

ELLEN JOHNSON-SIRLEAF

Nacida en Monrovia, Liberia, en 1938. Su familia era de orígenes humildes por parte de los dos progenitores, a pesar de ello, su padre logró ser el primer liberiano indígena en tener un cargo en el gobierno nacional.  Ellen se formó como economista en Harvard, trabajó en la ONU y también en el Banco Mundial.

En 2005 se convirtió en la primera mujer presidenta en África, concretamente fue la presidenta de Liberia de 2005 a 2008.

“Podemos lograr nuestros sueños. Podemos destacar entre las muchas mujeres del mundo al proporcionar el tipo de liderazgo ejemplar que nos levantará para estar de pie, como yo me alzo para representar a las mujeres.”

Luchó activamente contra la corrupción de su país y fue encarcelada dos veces en los años 80. Es una gran defensora de los derechos de las mujeres y ha participado en comisiones de investigación sobre el papel de las mujeres en el genocidio de Ruanda y el conflicto del Congo.

Entre otros premios, ha recibido el Nobel de la Paz compartido con Leymah Gbowee y Tawakkul Karman por su lucha no violenta por los derechos de las mujeres

JOYCE BANDA

 Nacida en 1950 en Zomba,  Malawui

Fue ministra de género, bienestar de la infancia y servicios comunitarios. En 2006 es nombrada Ministra de Asuntos Exteriores y, en 2009, vicepresidenta del Gobierno. Tras la repentina muerte del presidente Mutharika, el 7 de abril de 2012 se convierte en la presidenta del país, cargo que ejerce hasta 2014.

En 2011 según la revista Forbes, es considerada la tercera mujer más poderosa del continente africano.

"Me senté en el año 1989 y me hice a la idea en ese momento que iba a pasar el resto de mi vida ayudando a las mujeres y los jóvenes a ganar el empoderamiento social y político a través de negocios y la educación. Me convencí de que el empoderamiento económico de la mujer iba a ser clave, especialmente en un país como éste, donde la mayoría de las mujeres no van a la escuela"

Abogada y fundadora de la Asociación de Mujeres comerciantes de Malawi. Muchas mujeres pudieron dedicarse gracias a la financiación conseguida por la asociación a liderar empresas en sectores antes dominados por los hombres, como son la cal, el jabón y la madera.

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