# 65

Guatemala: mujeres que luchan contra la violencia

Voces y testimonios

Guatemala, violencia machista y mujeres que la combaten

Voces y testimonios

Vitalina Diaz Cuj, directora y fundadora de AMLUDI

Voces y testimonios

Yuri Natalia Ajcalón Xalix, facilitadora de género y participación ciudadana

Voces y testimonios

Amalia Tzay Cutuj, promotora legal

Voces y testimonios

Carmen Alicia Cuj Chopen, coordinadora de proyectos

Voces y testimonios

Dalila Beatriz Salvador Culán, psicóloga

Voces y testimonios

Evangelina Samines Bocel, trabajadora social

En Sololá, Guatemala, un grupo de mujeres lucha contra la violencia de género. En este número entrevistamos a 6 mujeres que conforman la Asociación de Mujeres Luqueñas para el Desarrollo Integral (AMLUDI) con quienes Nazioarteko Elkartasuna / Solidaridad Internacional trabaja desde 2008. Sus historias son reflejo de la esperanza y la tenacidad por lograr un mundo sin violencia donde exista la igualdad de género. 

Artículos en este número...

  • 1
    Guatemala, violencia machista y mujeres que la combaten
  • 2
    Vitalina Diaz Cuj, directora y fundadora de AMLUDI
  • 3
    Yuri Natalia Ajcalón Xalix, facilitadora de género y participación ciudadana
  • 4
    Amalia Tzay Cutuj, promotora legal
  • 5
    Carmen Alicia Cuj Chopen, coordinadora de proyectos
  • 6
    Dalila Beatriz Salvador Culán, psicóloga
  • 7
    Evangelina Samines Bocel, trabajadora social

La República de Guatemala se sitúa en Centroamérica, con 14.901.286 habitantes, el 51.5% de las cuáles son mujeres y el 48.5%  hombres. Es un país multicultural y plurilingüe, donde existe una exclusión significativa hacia las mujeres en cuanto a su acceso a servicios de todo tipo, así como en el ejercicio de sus derechos y ciudadanía plena.

Guatemala está entre los 3 países con mayores tasas de femicidio del mundo. En 2018, se registraron 3.881 homicidios, de los cuales 794 correspondieron a asesinatos de mujeres, un promedio de 2 muertes violentas de mujeres al día. Entre enero y agosto de 2019, últimos datos disponibles a febrero de 2020, se reportaron 401 asesinatos de mujeres. El Ministerio Público, en su Observatorio de las Mujeres, reporta 4 mujeres desaparecidas al día en 20195.

En este contexto, desde 1994 la Asociación de Mujeres Luqueñas Para el Desarrollo Integral (AMLUDI), trabaja en el departamento de Sololá para prevenir y denunciar la violencia machista y para apoyar a mujeres supervivientes.

Entre otros apoyos a su labor, el Ayuntamiento de Leioa ha aprobado el proyecto "Acceso a la tecnología para mujeres indígenas en la atención integral a la violencia machista en San Lucas Tolimán, Sololá", que es ejecutado por Nazioarteko Elkartasuna-Solidaridad Internacional y AMLUDI.

Como parte de este proyecto, en una serie de entrevistas damos a conocer la labor de las mujeres AMLUDI desde las voces de sus protagonistas, quienes trabajan en atender las diferentes áreas que estructuran el trabajo de esta organización. 

Esta revista se ha elaborado con el apoyo del Ayuntamiento de Leioa, municipio de Bizakaia

Descríbenos un poco tu persona, cómo te llamas, dónde naciste, tu edad, que estudios y/o formación tienes, cómo llegaste a AMLUDI y el cargo que tienes.

Mi nombre es Vitalina Diaz Cuj, nací en la finca Pampojilá tengo 49 años y curse sexto primaria. Actualmente soy directora y fundadora de la Asociación de Mujeres Luqueñas para el Desarrollo Integral, AMLUDI.

Desde 1994, antes de la firma del acuerdo de paz en Guatemala, inicié a participar en diferentes talleres de formación política y ciudadana, a través de instituciones y organizaciones de sociedad civil. Mediante los procesos de formación, identificamos, junto con otra compañera, la diversas necesidades y problemáticas que enfrentan las mujeres, especialmente la violencia machista; y desde entonces impulsamos la iniciativa de generar acciones, para apoyarlas, para que conozcan sus derechos. Una de las primeras acciones fue buscar apoyo con entidades internacionales y después de tocar varias puertas encontramos a Solidaridad Internacional, lo cual nos dio la oportunidad de formular un proyecto, con enfoque sobre la violencia contra las mujeres, que luego se aprobó. El proyecto comenzó en el año 2008, en 14 comunidades del área rural. Con el tiempo a través de la participación de las mujeres y las múltiples demandas, se vio la necesidad de formular e implementar proyectos para trabajar con hombres en el tema las nuevas masculinidades, lo cual se ha venido trabajando con padres de familia, lideres y autoridades comunitarias. Además desde el año 2011 hasta la fecha, se esta trabajando en consorcio junto con el Colectivo Poder y Desarrollo Local (CPDL). Como AMLUDI nos enfocamos en priorizar el tema de la violencia contra las mujeres y de género, nuestra cobertura es a nivel departamental y nacional con el centro de atención. Aimismo, ya contamos con un edificio que es modelo de atención a mujeres victimas y sobrevivientes de violencia.

¿Desde cuándo trabajas para luchar contra la violencia machista? ¿Qué te motivó a hacerlo? ¿Cómo es tu trabajo? (resumidamente)

Desde que tengo uso de razón inicie a participar en diferentes espacios y ya logré identificar la gravedad de las necesidades que sufren las mujeres. Sin embargo, no fue hasta el año 2008 que ya tuve la oportunidad de apoyar a las mujeres que sufren violencia en sus diferentes formas, hacerles ver y analizar la realidad, que el maltrato físico, psicológico es violencia, por lo que existen leyes que amparan sus derechos. Esto me motiva a seguir trabajando a favor de las mujeres y de esta manera, hacer justicia para todas.

¿Según tu experiencia, cual es el perfil de una mujer sobreviviente de violencia machista en tu comunidad?

Su disponibilidad en apoyar a otras mujeres que viven violencia, para que a través de compartir sus experiencias de vida puedan incidir en la vida de ellas y así contribuir a que puedan salir del circulo de la violencia o romper el silencio. A través de los talleres se puede verificar el entusiasmo en ellas, en generar opiniones y compartir experiencias.

¿Cuál consideras que es la situación de las mujeres de tu comunidad actualmente? ¿Ha empeorado a causa del COVID-19?

Durante el tiempo de confinamiento la violencia aumentó, por diversas razones, como la falta de empleo, provocando estrés y tensiones entre los cónyugues. Actualmente la violencia sigue latente y es una problemática que vive entre nosotros, a pesar los múltiples esfuerzos interinstitucionales en sensibilizar la cultura de denuncia. Las mujeres aún tienen miedo de romper el silencio, pero considero que AMLUDI ha aportado enormemente en minimizar los índices de violencia.

¿Cuál crees que son los 3 cambios más importantes en tu comunidad o país para acabar contra la violencia machista? ¿Crees que algún día se producirán?

Considero que la sensibilización es importante y de esta manera se puede contribuir a lograr un cambio, si las autoridades comunitarias, municipales, departamentales y nacionales tienen conciencia de la realidad, sobre los efectos que genera el machismo y el patriarcado. La participación de las mujeres va generando frutos, ya se puede ver en algunas su empoderamiento para tomar decisiones, aunque aun falta mucho por recorrer.

¿Cuáles son los 3 cambios más positivos respecto a la situación de las mujeres en tu comunidad que has visto en los últimos años?

Algunas mujeres que han sido formadas en AMLUDI, ya son parte de organizaciones, como el COCODE y redes de mujeres. Desde esos espacios ya pueden incidir en la toma de decisiones.

El empoderamiento económico a sido vital, para muchas de las mujeres, se han desarrollado proyectos productivos, que ha contribuido enormemente en la seguridad alimentaria de las familias.

Descríbenos un poco tu persona, como te llamas, dónde naciste, tu edad.,

Mi nombre es Yuri Natalia Ajcalón Xalix de 28 años de edad, mujer maya hablante del idioma kaqchikel, nací en una finca donde mi papa laboraba. Fui estudiante de la Licenciatura de Trabajo Social de la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala y desde la etapa de la adolescencia me he involucrado en procesos de formación, con relación a la participación política y ciudadana a través de grupos e instituciones que intervenían dentro de mi comunidad.

Qué estudios y/o formación tienes

He participado en procesos de formación e intercambio de experiencias con promotoras legales para el acompañamiento a víctimas de violencia, además cuento con cursos sobre Educación para la Sexualidad con enfoque de Derechos Humanos y asimismo he participado en procesos de formación política sobre la Educación Popular, como herramienta de facilitación dentro de espacios comunitarios. Tengo diplomados sobre el fortalecimiento del liderazgo desde la perspectiva de género feminista, actualmente integro el Consejo Comunitario de Desarrollo y laboro para la Asociación de Mujeres Luqueñas para el Desarrollo Integral AMLUDI como facilitadora de género y participación ciudadana.

¿Cómo llegaste a AMLUDI?

LLegué a través de las coordinaciones interinstitucionales en las cuáles interactuábamos con varias representantes de las organizaciones con presencia en el Municipio y es por ello  que conocí el trabajo que realiza AMLUDI en las comunidades rurales y urbanas. Por tanto, me surgió el interés de aportar mi granito de arena a la sociedad desde otra perspectiva. Llegue a AMLUDI a través de una convocatoria en redes sociales y no dudé postularme a la plaza.

¿Desde cuándo trabajas para luchar contra la violencia machista?

Desde que inicie a escuchar gritos, llantos de mujeres víctimas de violencia e identificar a personas decir que la “vecina fue golpeada porque ella lo buscó”, tuve motivos para que la situación fuera así. Desde que tuve noción de conocer y reconocer nuestros Derechos Humanos como mujeres cuestionaba mucho lo que pasaba en los espacios donde intervenía, en las escuelas, con los amigos y en la familia. De igual manera mi aporte siempre ha estado en mi pequeño recorrido como mujer y profesional.

¿Qué te motivó a hacerlo?

Partiendo de estas situaciones, nació mi interés en participar e integrarme en espacios de organización y participación. Sin embargo, no fue fácil. De esta manera fui conociendo nuestros Derechos Humanos como mujeres, lo cual fue el pilar para seguir informándome, formándome y socializando mis conocimientos con mi círculo de amigos.

¿Cómo es tu trabajo?

Mi trabajo actualmente es el de informar, formar, concientizar y/o sensibilizar a varios actores con los cuales tenemos intervención sobre los Derechos Humanos de las mujeres, de las mujeres indígenas, de la adolescencia y de la juventud; con el fin de coadyuvar esfuerzos que puedan aportar a la mitigación de actitudes y acciones violentas dentro del ámbito privado y público. De igual manera nos hemos posicionado a través de comunicados, foros y conferencias de prensa haciendo reflexión y exigiendo al Estado una respuesta ante la situación y vulnerabilidad de las mujeres en diversos espacios de participación e intervención; demandando las necesidades de las mujeres en aperturas de espacios sólidos y que puedan ejercer sus derechos sin estereotipar los mismos. Estamos trabajando para romper todo estigma y paradigma que se tiene en contra de las mujeres para poder ejercer sus Derechos Humanos.              

Según la experiencia, ¿cómo es el perfil de la mujer sobreviviente de violencia machista?

Existen dos perfiles de mujeres sobrevivientes de violencia. Uno en donde muestra muy poco entusiasmo y energía, con una autoestima intermedio y muy poco interés por formarse y ser parte de algún grupo del entorno familiar o comunitario por las mismas secuelas que deja esta situación crítica de la violencia. Un siguiente perfil donde se identifica seguridad e interés de formarse en sus Derechos Humanos que brinda apoyo a mujeres se encuentran sumergidas en el círculo de la violencia, brindando información y aportando en sus conocimientos.

En tu comunidad, ¿cuál consideras que es la situación de la mujer actualmente?

En la actualidad se ha visibilizado un avance en el reconocimiento de los Derechos Humanos de las mujeres dentro de la misma. La Covid en su primer momento visibilizó indicadores de violencia en el ámbito familiar y a través de esto surgieron estrategias de sensibilización y concientización de prevención de la violencia y la cultura de denuncia que han contribuido a generar conciencia. Sin embargo, se sigue visibilizando el machismo, discriminación y subordinación de poderes sobre las mujeres.

¿Cuáles consideras que son los cambios más importantes dentro de tu comunidad o país para acabar con la violencia machista?

Los cambios han sido dinámicos conforme a las demandas de las mujeres en el tema de la erradicación de la violencia machista. Uno de los grandes aportes que se están implementando actualmente a nivel municipal, departamental y nacional es la unificación de esfuerzos a través de las colectividades para posicionarse y demandar al Estado para garantizar una atención integral con pertinencia cultural y el rechazo ante la estigmatización hacia las mujeres de las mujeres indígenas.

Se están desarrollando talleres a funcionariado público, miembros de las municipalidades, educación, salud, seguridad y justicia para concientizar sobre el fenómeno de la violencia en contra de la mujer que limita gozar de una vida digna en cualquier espacio de socialización.

En al ámbito comunitario, de igual manera, se ha contado con la apertura de espacios de formación a hombres enfatizando el tema de la prevención de violencia en sus diferentes manifestaciones y también se enfatiza el tema de la paternidad responsable, así como el rol de los padres de familia dentro de la sociedad.

Uno de los principales cambios más positivos que se ha visibilizado es la concientización de los líderes en la prevención de la violencia en las asambleas comunitarias. Otro, es la apertura de espacios de participación de las mujeres dentro del consejo comunitario de desarrollo que ha contribuido a presentar propuestas en el accionar dentro de la comunidad, partiendo del Plan de trabajo con igualdad de derechos y oportunidades. Y por último, es muy positivo es el involucramiento de la juventud, de las mujeres adultas, de las lideresas comunitarias y de miembros de consejos comunitarios en procesos de formación a nivel comunitario y municipal, tanto en la divulgación de acciones a través de réplicas de conocimientos, como en contar con afiches sobre el protocolo de denuncias e informar sobre los números telefónicos de las instituciones que prestan atención a casos de violencia.

Descríbenos un poco tu persona, cómo te llamas, dónde naciste, tu edad, qué estudios y/o formación tienes, cómo llegaste a AMLUDI y el cargo que tienes.

Mi nombre es Amalia Tzay Cutuj, nací en la finca Santo Tomás perdido, tengo 45 años. Cursé hasta el cuarto grado de primaria, estudié en la finca Santo Tomás en la escuela privada José Enrique de León, quería culminar con mis estudios y lograr un mínimo de 6to grado de primaria, pero lastimosamente mi mamá me dijo que no podía seguir con mis estudios porque tenía que estar cuidando a mis hermanos menores, ya que era la única que estaba para cuidarlos. Por ello ya no pude culminar mis estudios, un tiempo después, exactamente a los 15 años, me casé y formé una familia; pero justó a los 3 años de haberme casado sufrí de violencia física y psicológica por parte de mi esposo. Y justo en esos momentos de sufrimiento me hicieron una invitación para formar parte de una red de mujeres de la Asociación, cuando empezaban a formarse para trabajar con nosotras y poder defender nuestros derechos como mujeres. En ese entonces daban talleres para trabajar la autoestima de cada una y de esa manera empoderarnos. Luego de varios años se convirtieron en una Asociación formal con oficinas (AMLUDI). A través de las formaciones que nos daban formé parte de la junta directiva convirtiéndome en promotora legal en el año 2014, en donde hubo una clausura. Hasta la fecha sigo prestando mis servicios a las mujeres sobrevivientes de violencia como promotora legal.

¿Desde cuándo trabajas para luchar contra la violencia machista? ¿Que te motivó a hacerlo? ¿Cómo es tu trabajo? 

Inicié a trabajar en año 2008 apoyando a mujeres sobrevivientes de violencia machista, porque necesitaba del apoyo para que con esa información pueda defender mis derechos y los de las demás mujeres que son sobrevivientes de violencia. Las promotoras legales damos acompañamiento a mujeres víctimas de violencia a las instancias correspondientes,  identificamos y detectamos casos en las comunidades de mujeres que sufren violencia para asesorarlas y orientarlas respecto al apoyo que ellas buscan.

¿Según tu experiencia, cual es el perfil de una mujer sobreviviente de violencia machista en tu comunidad?

El perfil de una mujer que es sobreviviente de violencia machista es una mujer empoderada ya que por medio de los talleres que la Asociación (AMLUDI) imparte sobre los derechos de las mujeres, conocen sus derechos y saben acudir a la Asociación de AMLUDI para poder recibir la atención que necesitan.

¿Cuál consideras que es la situación de las mujeres de tu comunidad actualmente? ¿Ha empeorado a causa del COVID-19?

Los casos de violencia han aumentado debido a la pandemia, ya que los convivientes de las mujeres están más tiempo en casa y por ende ellas sufren más violencia. Las mujeres de mi comunidad todavía enfrentan la violencia de parte de sus parejas y además de ello, los niños y niñas también sufren ese tipo de violencia porque por la pandemia no están recibiendo clases de manera presencial.

¿Cuáles crees que son los 3 cambios más importantes en tu comunidad o país para acabar con la violencia machista? ¿crees que algún día se producirán?

  1. Que haya más trabajo para las mujeres.
  2. Que los salarios sean equitativos.
  3. Brindar más información sobre la violencia contra la mujer.

Éstos cambios se pueden lograr en un futuro. Pero como todo proceso conlleva tiempo, ya que no se pueden lograr las cosas de un día a otro, sino que lleva meses, incluso hasta años, lograr alcanzar todo ello.

¿Cuáles son los 3 cambios más positivos respecto a la situación de las mujeres en tu comunidad que has visto en los últimos años

  1. Incremento de denuncias de parte de las mujeres.
  2. Ya conocen sus derechos y ya no tienen miedo.
  3. Ya saben defenderse como mujeres.

Describe un poco tu persona: cómo te llamas, dónde naciste, tu edad, qué estudios y/o formación tienes, cómo llegaste a AMLUDI y cargo.

“Soy Carmen Alicia Cuj Chopen mujer maya Kaqchiquel, originaria de San Lucas Tolimán, Sololá, de 52 años de edad, de profesión trabajadora social. LLegué a la Asociación de Mujeres Luqueñas para el desarrollo Integral- AMLUDI en el año 2015 para el puesto de coordinadora de proyectos.

¿Desde cuando trabajas para luchar contra la violencia machista? ¿Qué te motivo a hacerlo? ¿Cómo es tu trabajo?

Toda mi trayectoria fue la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres contra el machismo, discriminación y exclusión de participación de las mismas a nivel comunitario, municipal y departamental. Esto, gracias al espacio de labores en diferentes instituciones desde 1990 en los municipios del departamento de Sololá, principalmente las comunidades de San Lucas Tolimán.  En concreto, defendiendo los derechos inherentes de las mujeres y su incidencia en espacios sociales y políticos desde el ámbito público y privado. Desde la coordinación de actividades de proyectos ejecutados por AMLUDI sigo manifestándome como una mujer de valor y con conciencia social en la búsqueda del bienestar social, generando un ambiente de calidad de vida sin violencia contra las mujeres, las niñas, los niños y los adolescentes.

¿Según tu experiencia, cuál es el perfil de una mujer sobreviviente de violencia machista en tu comunidad?

El perfil de una mujer sobreviviente de violencia, es que ha sido muy dependiente matrimonial y económicamente; lo cual obstaculiza su libertad de decisión, impide desarrollarse e involucrarse en diferentes espacios para mantener su autoestima alta y confiar en sus propias capacidades y habilidades, haciendo realidad a su proyecto de vida. El circulo de la violencia se manifiesta en ellas por ser sumisas y con tendencia a estar en ocasiones en estado depresivo.

¿Cuál consideras que es la situación de las mujeres de tu comunidad actualmente? ¿Ha empeorado a causa del COVID-19?

El desempleo es un factor que causó daños emocionales tanto a mujeres como a hijas e hijos; y el confinamiento vino a contribuir al aumento de casos de violencia contra la mujer, ésta pues asume cargos de mantenimiento del hogar y vivir bajo el mismo techo con su agresor por mucho tiempo. La instancia de justicia no procedió a las demandas de mujeres durante el confinamiento, causándoles trastornos emocionales.

¿Cuáles son los cambios más importantes en tu comunidad o país para acabar contra la violencia machista? Cita tres ¿Crees que algún día se producirán?

El primero es la sensibilización a autoridades comunitarias y municipales, que en su mayoría están formadas por hombres, para reconocer la importancia del aporte de las mujeres a un desarrollo integral. Sin la participación de mujeres no hay democracia ni desarrollo. El segundo, es el involucramiento de jóvenes en procesos formativos sobre la igualdad y equidad de género, considerando que a futuros serán los agentes de cambio. El tercero, generar espacios de toma de decisiones de las mujeres en el ámbito privado y público, descubriendo sus propias habilidades para empoderarse, posicionarse e independizarse económicamente.

¿Cuáles son los 3 cambios más positivos respecto a la situación de las mujeres de tu comunidad que has visto en los últimos años?

El primero es que haya mujeres que conocen leyes a su favor para defender sus derechos, con el apoyo de instituciones internacionales. El segundo es que mujeres  en situación de violencia intrafamiliar y de género aplican la cultura de la denuncia, buscando apoyo de instituciones cercanas, principalmente de AMLUDI, por la atención de servicios integrales realizados mujeres kaqchikeles que cuentan con el apoyo de promotoras y un grupo de autoayuda comunitaria. El tercero es que la unificación de esfuerzos de distintas instituciones hace vibrar el cambio de los integrantes COCODES (espacios de participación comunitaria) y autoridades municipales, cediendo espacios de sensibilización y coordinación para la integración de las mujeres y la atención de propuestas plasmadas en las políticas de las mujeres.

Describe un poco tu persona: cómo te llamas, dónde naciste, tu edad, qué estudios y/o formación tienes, cómo llegaste a AMLUDI y cargo.

Soy Dalila Beatriz Salvador Culán, mujer maya Kaqchiquel, originaria de la Colonia Xejuyú, San Lucas Tolimán, Sololá. Tengo 32 años de edad, estudie psicología clínica con especialidad en salud mental y terapias integrativas y llegue a la institución (AMLUDI), a mediados del año 2015 como psicóloga para la atención de mujeres sobrevivientes de violencia.

¿Desde cuándo trabajas para luchar contra la violencia machista? ¿Qué te motivo a hacerlo? ¿Cómo es tu trabajo?

Actualmente tengo 6 años trabajando con mujeres sobrevivientes de violencia y con sus hijos, en los procesos terapéuticos para contribuir con la sanación integral de las secuelas que deja la violencia.  Una de las razones por las cuales trabajo en este ámbito es el darme cuenta de los altos índices de violencia que hay en mi país y más en el contexto de las áreas rurales donde vivimos, así como las secuelas que produce a nivel emocional de la persona que lo vive. Y sobre todo darme cuenta de que la violencia no es solo un problema de la persona que lo sufre, si no es un problema de todos. Por otra parte desde el trabajo que se hace en psicología es atender a las mujeres y a sus hijos con una atención con calidad y calidez con enfoque integral, humanista y de pertinencia cultural. Se trabajan sesiones de 60 minutos o más cada 8 días o 15 dependiendo de la evolución.

¿Según tu experiencia, cuál es el perfil de una mujer sobreviviente de violencia machista en tu comunidad?

El perfil de una mujer sobreviviente, es el de dependencia (económica y patrimonial), siendo un motivo fundamental de la perpetuación de la violencia en el ámbito familiar, que obstaculiza la ruptura del ciclo de la violencia. Se suma a esto la dependencia emocional, la baja autoestima, las condiciones de pobreza, desempleo, la escolaridad y que las mujeres jóvenes y adultas no tienen un plan de vida, la mayoría se dedica al trabajo doméstico no remunerado.

¿Cuál consideras que es la situación de las mujeres de tu comunidad actualmente? ¿Ha empeorado a causa del COVID-19?

Esta situación vino a empeorarla porque las mujeres, niñas y adolescentes están más expuestas a estar encerradas con sus agresores. No poder acceder al sistema de justicia porque estaba semi paralizado, la perdida de oportunidad de generación de ingresos de trabajo informal y también el incumplimiento por parte de los ex convivientes en el pago de manutención alimenticia para los hijos menores.

¿Cuáles crees que son los 3 cambios más importantes en tu comunidad o país para acabar contra la violencia machista? ¿Crees que algún día se producirán?

Pues desde lo que hacemos, tenemos mucho trabajo por hacer, seguir humanizándonos cada vez más, erradicar la violencia no sólo es cuestión de uno, tenemos que intervenir todos. El primero sería seguir trabajando por la igualdad y equidad de género; el segundo trabajar con la niñez y adolescencia para ir cambiando patrones de conductas aprendidas (machismo); y el tercero, eguir promoviendo la participación ciudadana y el ejercicio pleno de nuestros derechos.

¿Cuáles son los 3 cambios más positivos respecto a la situación de las mujeres de tu comunidad que has visto en los últimos años?

Desde lo que he visto en mi comunidad y del trabajo que ha hecho AMLUDI todos estos años, no ha sido fácil, pero han habido cambios. Hoy en día se puede ver la participación de mujeres adolescentes y adultas en diversos espacios. Hay mujeres lideresas que conforman el COCODE (espacios de participación comunitaria) en las comunidades: Cada vez llegan más mujeres a la oficina de la asociación para recibir el apoyo integral del equipo multidisciplinario. Las mujeres que han sido atendidas conforman grupos de autoayuda.

Descríbenos un poco de tu persona: cómo te llamas, donde naciste, tu edad, que estudios y/o formación tienes, cómo llegaste a AMLUDI y el cargo que tienes

Mi nombre es Evangelina Samines Bocel, de la etnia maya kaqchikel, de 45 años de edad, originaria del departamento y municipio de Sololá,  de profesión Trabajadora Social. Llegué a la Asociación de Mujeres Luqueñas para el Desarrollo Integral (AMLUDI) en febrero de 2021, para el puesto de Coordinadora del Centro de Atención Integral.

¿Desde cuándo trabajas para luchar contra la violencia machista? ¿Que te motivó a hacerlo? ¿Cómo es tu trabajo? 

Inicié mi intervención desde el año 2004 en el ámbito comunitario. Sin embargo, en el 2008 dio un giro en mi intervención el coordinar el programa "Mejoramiento de vida con enfoque a derechos de las mujeres", proyecto que fue dirigido a madres, niño, esposos y lideres comunitarios del municipio de Santa Catarina Ixtahuacan y Nahualá del departamento de Sololá.

Mi motivo en trabajar y luchar en contra de la violencia machista, es que en la historia las mujeres hemos recibido un trato desigual en relación con los hombres, que han denigrado nuestra integridad física psicológica y económica. Por lo tanto, mi función como Trabajadora Social es brindar una atención y orientación a mujeres que sufren o viven en violencia machista, la búsqueda del bienestar social y la calidad de vida para las mujeres, niños/as y adolescentes sobrevivientes de violencia, así como que se garantice el derecho a tener una vida libre sin violencia.

 ¿Según tu experiencia, cual es el perfil de una mujer sobreviviente de violencia machista en tu comunidad?

Conciencia de que la violencia contra las mujeres es un problema social. Mujeres luchadoras y con gran espíritu de emprendimiento. Creen en sus capacidades y habilidades

¿Cuál consideras que es la situación de las mujeres de tu comunidad actualmente? ¿Ha empeorado a causa del COVID-19?

La situación de las mujeres actualmente se ha visto afectada de forma parcial en la vida de las mujeres y niños, generando tensión y estrés especialmente por el recurso económico, por el recorte del trabajo de los esposos. Aunado a esto, el machismo y los celos de parte de los hombres limita que las mujeres puedan trabajar fuera de la casa o salir a vender sus productos en las calles. Por lo tanto, muchas mujeres viven sometidas a este flagelo y dadas las circunstancias, no cuentan con un teléfono para denunciar o un recurso económico para salir de sus comunidades.

¿Qué cambios son más importantes en tu entorno para acabar contra la violencia machista? ¿Crees que algún día se producirán?

Considero oportuna la importancia de la educación en la sensibilización de los derechos de las mujeres a largo plazo para lograr un mundo igualitario y justo.  A nivel individual, un cambio de actitud de las mujeres y comprender que tanto como hombres y mujeres tenemos los mismo derechos y obligaciones, que el hombre no es superior a la mujer.  A nivel familiar, sensibilizar a los compañeros hombres sobre temas de los derechos de las mujeres, equidad de género y nueva masculinidad. A nivel Comunitario, la sensibilización a lideres comunitarios de las comunidades sobre los derechos de las mujeres. También es importante empoderar económicamente a las mujeres para generar ingresos

¿Cuáles son los cambios más positivos respecto a la situación de las mujeres en tu comunidad que has visto en los últimos años?

Las mujeres conocen y hacen uso de sus derechos, como por ejemplo en la participación en espacios sociales y en la defensa de sus derechos. Los hombres de la comunidad son conscientes de que las mujeres están protegidas por las leyes y por ende, no las pueden agredir en ninguna forma. Existen mujeres con un alto espíritu de superación personal

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