El proyecto “Fortalecimiento de las capacidades locales para la prevención de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) en los distritos de Baitocopo, Basupú y Basacato”, es una estrategia  para mejorar la salud sexual y reproductiva y  la prevención de las enfermedades de transmisión sexual;  a través del trabajo directo con organizaciones juveniles, organziaciones de mujeres y las instituciones públicas.

El proyecto se desarrollará en Guinea Ecuatorial, en las dos provincias que componen la isla de Bioko: Bioko Norte (en la ciudad de Malabo y los distritos urbanos de Batoicopo y Basupú del Oeste) y Bioko Sur (en el distrito urbano de Basacato del Oeste).

La estrategia beneficia directamente a 155 mujeres y 158 hombres, e indirectamente, a las 800 personas que habitan los distritos de Batoicopo, Basupú y Basacato en la isla de Bioko, Guinea Ecuatorial.

La socia local de Solidaridad Internacional en Guinea Ecuatorial es la asociación BIRIAELAT, que significa “Pueblos Unidos” (BIRIA significa “pueblos” en Bubi y ELAT “unidos” en Fang, palabras extraídas de las dos etnias mayoritarias de Guinea Ecuatorial) surge como iniciativa para trabajar ante las necesidades sociales detectadas en algunos distritos de Malabo.

Esta iniciativa se lleva a cabo, gracias al apoyo de los ayuntamientos de Irún y Zumárraga (Gipuzkoa) y Galdakano y Leioa (Bizkaia).

Artículos en este número...

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  Escenario de trabajo
• 2
  Ejes del proyecto
• 3
  Derechos en Acción
• 4
  Apoyos

Guinea Ecuatorial es un país que está muy golpeado por los altos índices de ETS y más concretamente por el VIH. La principal causa de muerte en 2017 fue VIH/Sida y el principal factor de riesgo es el sexo inseguro. Si bien existe un decreto que contempla diagnósticos y tratamientos gratuitos para malaria y VIH-SIDA, la prevención sigue siendo la mejor forma de combatir tanto la mortalidad como la morbilidad que producen estas enfermedades, ya que la mayoría de personas contagiadas no acuden a este servicio ya sea por creencias culturales o miedo a la estigmatización. A estos índices alarmantes se suma la situación actual a nivel mundial del Covid-19, en curva ascendente por número de contagios en el país.

Los esfuerzos del gobierno se han demostrado insuficientes, pues si bien han dispuesto de medios, no han llegado a toda la población (especialmente en áreas rurales). No se han desplegado estrategias de sensibilización e información suficientes y efectivas que puedan lograr un cambio significativo en el cuidado y la protección antes, durante y después los encuentros sexuales. Tampoco se ha logrado que los servicios disponibles sean conocidos, reconocidos y utilizados por la población; servicios que además, ven su eficacia y distribución gravemente afectada por los problemas de clientelismo, corrupción y desigualdad que caracterizan este país. El impacto de las ETS en las personas jóvenes es especialmente alarmante, más aún en las mujeres jóvenes, un problema que además de la falta de información y recursos, deriva de unas relaciones de género desiguales combinadas con mitos y creencias culturales que afectan los derechos sexuales y reproductivos.

El proyecto contempla tres componentes:

1. La participación efectiva, organizada y articulada de mujeres y jóvenes para la incidencia en salud sexual y reproductiva.
2. Fortalecer la capacidad institucional para la prevención de ETS en los distritos de Basacato del Oeste, Basupú del Oeste y Batoicopo;
3. Lograr que la ciudadanía de los distritos de Batoikopo, Basupú del Oeste y Basacato del Oeste estén sensibilizadas en prevención de ETS.

El objetivo es producir cambios para mantener la salud sexual y reproductiva y garantizar el respeto a los derechos sexuales y reproductivos, para lo cual las personas (y especialmente las mujeres adultas, jóvenes y adolescentes) necesitan tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable. Para lograrlo, se debe fortalecer la capacidad institucional y de la sociedad civil organizada en la prevención de las ETS;  enfermedades infecciosas que vulneran la salud  y que tienen impactos en otros ámbitos del desarrollo humano, pues limitan capacidades y funcionamientos de la población guineana. Aunque desde la sociedad civil, existen iniciativas juveniles y de mujeres que han dado un paso adelante para afrontar este problema, cuentan escaso apoyo y actúan sobre todo con recursos propios, de forma poco articulada y dispersa. En contraste, Solidaridad Internacional y BiriaElat han detectado que la falta de recursos no se corresponde con la motivación de dichas organizaciones, que cuentan con un recurso humano muy valioso.

Teniendo en cuenta estos factores, el fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones de mujeres y las organizaciones juveniles que realizan trabajo social de promoción de la salud sexual y reproductiva en general, y prevención de ETS en particular, tiene un poder transformador mayúsculo; especialmente si logran articularse en redes que potencian su capacidad de aprovechar los recursos existentes en la sensibilización de las comunidades, especialmente aquellas del ámbito rural.

Además, para lograr derribar los factores culturales que constituyen una de las principales barreras a la prevención de ETS, son necesarias formas de sensibilización que tengan en cuenta la idiosincrasia, las creencias y las prácticas culturales de las diferentes etnias de Bioko (especialmente de la etnia Bubi, originaria y mayoritaria en la isla). Los bajos niveles educativos de la población hacen que la prevención deba ser explicada de formas sencillas, especialmente para una población joven poco formada, desmotivada y con un alto indice de alcoholismo. Es fundamental el desarrollo de capacidades organizativas para movilizar recursos locales por parte de mujeres y personas jóvenes mediante el “artivismo”; el arte se convierte en un medio de comunicación enfocado al cambio y a la trasformación, una estrategia sumamente efectiva en Guinea Ecuatorial, así como el uso de metodologías de intervención comunitaria innovadoras y adaptadas a la población protagonista son indispensables.

El proyecto afronta la superación las desigualdades estructurales entre hombres y mujeres, especialmente respecto a salud sexual y reproductiva, mediante procesos de empoderamiento tanto de la población de los distritos donde se desarrollará la intervención, como de los colectivos de jóvenes hombres y mujeres, así como de mujeres adultas organizadas. Además de incorporar el enfoque de género en todas sus fases, se centra en profundizar varias de sus actividades en las mujeres adultas y jóvenes (especialmente en estas últimas), quienes son las más afectadas por el desconocimiento y la falta de información sobre salud sexual y reproductiva.

Los derechos sexuales y reproductivos son Derechos Humanos universalmente reconocidos, pero interpretados desde la sexualidad y la reproducción, como se puede observar en la Carta de Derechos Sexuales y Reproductivos de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), donde los derechos sexuales y reproductivos se formulan a partir de 12 de los derechos contenidos en los principales tratados internacionales: el Derecho a la vida; el Derecho a la libertad; el Derecho a la igualdad y a estar libre de toda forma de discriminación; el Derecho a la privacidad; el Derecho a la libertad de pensamiento; el Derecho a la información y la educación; el Derecho a optar por contraer matrimonio o no, y a formar y planificar una familia; el  Derecho a decidir tener hijos o no tenerlos, y cuándo tenerlos; el Derecho a la atención y a la protección de la salud; el Derecho a los beneficios del progreso científico; el Derecho a la libertad de reunión y a la participación política; y el Derecho a no ser sometido/a a torturas y maltrato.

La iniciativa se ha ejecutado gracias al apoyo de:

Ayuntamiento de Galdakao

Ayuntamiento de Irun

Ayuntamiento de Leioa

Ayuntamiento de Zumarraga