A pesar de que la adolescencia no debería ser una etapa especialmente vulnerable desde el punto de vista de la salud, diversos factores como son el contexto, la cultura y la pobreza, pueden repercutir en el estado general de la salud de los y las adolescentes y en el acceso y en la calidad de los recursos sanitarios.
De hecho, en los países en desarrollo se registran tasas más elevadas de: embarazos no deseados, escaso uso de métodos anticonceptivos, falta de educación sexual y mayor prevalencia de infecciones como el VIH/SIDA, factores que aumentan las probabilidades de que este colectivo sea víctima de violencia o de prácticas culturales que vulneran los derechos humanos, como es el matrimonio forzado.
En África Subsahariana, además, debido a la alta tasa de fecundidad,el porcentaje de población de edades comprendidas entre los 0 y los 14 años, asciende alrededor del 43%, y la población de edades comprendidas entre los 10 y los 24 años, es aproximadamente del 32%.
Según datos de la UNPFA, entre el 10 y el 20% de las y los jóvenes señala haber tenido su primera relación sexual antes de cumplir los 15años, y al desarrollarse la primera experiencia sexual en una situación de dudoso acuerdo, el uso de anticonceptivos es cuanto menos limitado (UNPFA, 2016). Es decir, nos encontramos ante un territorio que cuenta con una alta densidad de población infantil □juvenil, que se inicia en las prácticas sexuales tempranamente y que suele hacerlo en un contexto de grandes protección y vulnerabilidad.
A si mismo, conviene recordar que en todos los ámbitos de la vida, el nivel de oportunidades de una persona, y también en lo que respeta a la salud sexual y reproductiva, depende en buena medida del acceso a la educación.
Muchos estudios corroboran que cuanto más alto es el nivel y la calidad educativa, menores serán las posibilidades de vivir en una situación de pobreza y desigualdad, y ello es especialmente valido para las niñas y las adolescentes de todo el mundo, las cuales se enfrentan a múltiples discriminaciones por motivos degénero.
A nivel mundial, África presenta las mayores cotas de desigualdades entre los sexos en materia de educación: en los territorios occidentales y centrales en el periodo 2000-2015 se escolarizó en la escuela primaria el 68% de las niñas frente al 77% de los niños.
Pero a medida que avanza la edad, la brecha aumenta, ya que en el mismo periodo y en el mismo territorio,el porcentaje de niñas que se matriculó en la escuela secundaria fue del 31% frente al 38% de los niños.
En cuanto a los datos disponibles sobre uso de anticonceptivos, África vuelve a llamar a la atención por ser el territorio en el que menos uso se hace de estos métodos a nivel mundial. En África Occidental y central,la tasa de prevalencia de uso de anticonceptivos en mujeres de 15 a 49 años, asciende al 18% en relación al uso de cualquier método, y al 13% en relación al uso de métodos modernos (UNPFA,2016).
Matrimonio infantil
A la hora de analizar la situación de los DDSR en niñas y adolescente,una cuestión que es importante abordar es aquella inherente al matrimonio infantil. Esta vulneración de los Derechos Humanos de las niñas y de las adolescentes ha sido tratada en varias convenciones y acuerdos internacionales, entre ellas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece que el consentimiento no puede ser libre y pleno
“Cuandounadelaspartesinvolucradasnoeslosuficientementemaduracomo paratomarunadecisióninformadasobreuncompañerodevida”.
Además, en la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del niño, de11de julio de 1990 en su Artículo 21 se establece que:
“Seprohíbeelmatrimonioinfantilyloscompromisosmatrimonialesdeniñosy niñas, y se tomarán medidas efectivas, incluso legislativas, para fijar la edad mínima para contraer matrimonio en dieciocho años y para establecer la obligatoriedaddelainscripcióndetodoslosmatrimoniosenunregistrooficial”.
No obstante, la realidades que, según los datos de UNICEF de 2016, la región del mundo que cuenta con los porcentajes más altos de matrimonio infantiles África Subsahariana, donde el 40% de las niñas se casan antes de los 18 años y donde una de cada 8,lo hace antes de los15 años.
Además, según la misma fuente, África Occidental y Central tenía en 2016 el mayor porcentaje de adolescentes casadas (27%), seguida de África oriental y meridional (21%). Según el informe de Amnistía internacional sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo (2016), en Burkina Faso, el matrimonio precoz y forzado sigue siendo una realidad que arrebata la vida a miles de niñas de 13 años.
En este país, solo el 16% utiliza un anticonceptivo moderno y casi el 20% de adolescentes de 15 a 19 años están embarazadas. Según el mismo informe, algunas mujeres y niñas no saben que las relaciones sexuales podrían dar lugar a embarazos y otras afirman que los anticonceptivos eran muy caros para poder adquirirlos.