El asesinato de mujeres, forma extrema de violencia de género, es un problema de primer orden en Guatemala, que está entre los 3 países con mayores tasas de femicidio del mundo. El país cerró el año 2019 con un promedio de 9.8 homicidios diarios, cuyas causas son múltiples. Entre las cifras de homicidios, el femicidio representa un porcentaje atroz. En 2018, se registraron 3.881 homicidios, de los cuales 794 correspondieron a asesinatos de mujeres, un promedio de 2 muertes violentas de mujeres al día. Entre enero y agosto de 2019, últimos datos disponibles a febrero de 2020, se reportaron 401 asesinatos de mujeres. El Ministerio Público, en su Observatorio de las Mujeres, reporta 4 mujeres desaparecidas al día en 20195.
El 45% de los femicidios son contra mujeres jóvenes, entre 18 y 34 años de edad. En estos crímenes, destaca el ensañamiento, siendo frecuentes los desmembramientos, mutilaciones, ahogamientos y otras formas de asesinato atroz que provocan sufrimiento extremo en la víctima antes de morir. La tasa de femicidios no solo no desciende, sino que ha aumentado en los últimos años, mostrando que sus causas son muchos más profundas que la violencia común y hunden sus raíces en el patriarcado. El índice de impunidad es alarmante. Además, en Guatemala se registran 22 violaciones sexuales al día, principalmente con mujeres y niñas como sobrevivientes. El delito de violación, del que son sobrevivientes las niñas entre 5 a 16 años, principalmente, es el menos denunciado por la connotación cultural y de rechazo que implica para las mujeres a lo largo de sus vidas y porque se da dentro del ámbito familiar. La impunidad en este tipo de delitos es del 90%, de acuerdo al Sistema de Medición de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG, 2015). Según el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva –OSAR6, en 2019 se reportaron 114.858 embarazos en niñas y adolescentes de 10 a 19 años, de los cuales 326 corresponde a niñas de 10, 11 y 12 años de edad. En 2019 se registró un aumento de más de 30.000 casos de embarazo entre los 10 y 19 años respecto al año 2018.
En el departamento de Sololá, entre enero y agosto de 2019 se registraron 2.065 embarazos en niñas y adolescentes de 10 a 19 años, 4 de ellos correspondientes a niñas de 10 años de edad, siendo la cifra más elevada a nivel nacional. La Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI), realizada en 2008 también contiene una cifra reveladora: el 30% de las mujeres encuestadas a nivel nacional que tuvieron relaciones sexuales antes de los 13 años, las habían tenido con un familiar. El código penal tipifica como delito de violación toda relación sexual con una niña menor de 14 años y por lo tanto estos casos deberían corresponder a otros tantos procesos legales abiertos. Sin embargo, esto escasamente ocurre.
La violencia de género en Guatemala comienza a muy temprana edad, debido, en parte, a la temprana edad de las uniones de parejas, empujada por los embarazos a temprana edad antes mencionados (a pesar de que desde 2015 se prohíbe el matrimonio de menores de 18 años, tanto para chicas como para chicos). Según datos de la Política Nacional de Prevención del Delito 2014-2034, los delitos de los que las mujeres adultas y jóvenes son víctima se distribuyen de la siguiente forma: violencia intrafamiliar 46%, lesiones 20%, violación sexual 17%, homicidio 17%. Además, las mujeres sobrevivientes de violencia machista en la zona se dedican principalmente a tareas del hogar no remuneradas, lo que les dificulta tomar la decisión de cortar la relación con una pareja agresora. No obstante, estas cifras no recogen la totalidad de las víctimas: muchos casos se quedan en el nivel de los Juzgados de Paz y muchísimos no son denunciados ante ninguna instancia.
En conclusión, la violencia en contra de mujeres, niñas, niños y adolescentes, especialmente en el ámbito intrafamiliar, es uno de los problemas sociales que más afecta a Guatemala en general y al departamento de Sololá en particular.