Gracilia Odeus es lideresa de MOFAB (Movimiento de Mujeres del Arrondissement de Belle Anse) y técnica de género de CROSE, socia haitiana de Solidaridad Internacional.
¿Cómo está la situación de las mujeres de Thiotte y Anse-À-Pitres?
La situación de las mujeres se va deteriorando más. Hay una gran inseguridad alimentaria por la sequía que se ha incrementado estos últimos años y es la principal preocupación de hombres y mujeres. Ahora mismo el problema de la sequía es lo que más afecta a las familias, porque no hay lluvias y cosechas. Siempre hubo sequias pero ahora es más larga y llueve mucho menos. Dependiendo de la zona hay una sola estación de cultivo, mientras que antes llegaban a ser hasta tres. El patrón de cultivo ha cambiado y eso afecta la seguridad alimentaria de las familias y cambia la dinámica de las mujeres, porque les cuesta mucho más lograr alimentos para sus familias.
Las mujeres embarazadas no van a sus controles y a cuidados básicos durante el embarazo y la lactancia, porque no tienen recursos para moverse y porque no hay una atención mínima de calidad sino que se las maltrata y humilla, y no se respeta sus derechos. También tiene que ver con que la sociedad machista no ve a las mujeres y más si son rurales como personas con derechos.
Tampoco hay programas que lleguen a las comunidades rurales para hablarles sobre la salud reproductiva y planificación familiar, hay desconocimiento y las mujeres pasan una gran parte de su vida embarazadas, lactando, o cuidando a sus bebes que vienen seguido uno tras otro. Tienen 7,8,9 hijos y algunas llegan a tener hasta 13 y 15 hijos. La decisión del control de la salud reproductiva y el tamaño de la familia es del hombre por machismo que hay, y porque culturalmente se valora la fertilidad, eso es el legado cultural dañino que hay. Muchas mujeres jóvenes se dan en matrimonio a hombres mayores, y la mujer vive esperando que un hombre se case con ella y la sostenga, por eso que dicen que es para ellas un privilegio tener un marido que trabaje. El hombre es cabeza de hogar reconocido y aceptado y es quien tiene el control directo sobre la economía familiar.
Hay activismo comercial en las mujeres que “venden de todo” en los mercadillos para generarse un dinerito la mayoría de las mujeres no tienen independencia económica, y sobreviven con lo que sus parejas les dan. Tampoco habido apoyo a iniciativas económicas de las mujeres acá, y eso es algo que siempre solicitan, porque tienen muchas capacidades para comercio y son reconocidas como buena comerciales.
Las mujeres que son viudas, cabeza de hogar, o separadas, buscan la subsistencia económica y no se quedan esperando que las cosas sucedan, sino que hacen cualquier iniciativa que les pueda representar un ingreso para la alimentación de sus hijos. Alimentan a sus familias con una o dos comidas al día cuando tienen dinero, pero ellas sin comer y eso afecta su salud. Cada vez hay más mujeres que se quejan de dolores y malestares, y no tienen recursos para ir al médico, y se curan con plantas medicinales, o soportan.
Las mujeres de mayor edad empiezan a sentir enfermedades crónicas como la artritis, reumatismo, diabetes, y no hay cómo ayudarlas. Pasan estrés emocional diariamente al no poder conseguir alimentos para su familia, porque, aunque el hombre tenga un rol proveedor, es la mujer quien lleva la carga emocional de la alimentación familiar, porque cuida a los hijos.
Hay mucha solidaridad entre las mujeres que se apoyan a través de las organizaciones de mujeres desarrollan diversas acciones de ayuda a las personas que lo necesitan (limpian su casa, lavan su ropa, les ayudan en el cultivo de la tierra, etc.). Todo estaría bien, sino fuera que estas prácticas las debilitan aún más.
Hay más mujeres cabeza de familia porque hay más hombres deciden migrar a RD y buscan trabajo en lo que sea y se dedican a la elaboración de carbón vegetal que no es legal. La mayoría de haitianos que cruza la frontera por esta zona se queda en la región fronteriza de Pedernales, por temporadas cortas porque son trabajos muy temporales. Cada cierto tiempo traen dinero a casa y/o alimentos, según el tipo de pago que reciban, y las mujeres se quedan bajo el cuidado del hogar, esperando su retorno. A veces consiguen otra pareja y no vuelven más, eso hemos observado que hay una tendencia a que más mujeres sean cabeza de familia, y más pobres porque no tienen tierras para cultivas.
Las mujeres ancestralmente han sido despojadas de su derecho a la tierra, y solo son titulares a través de los hombres de la familia. Solo cuando heredan de sus madres pueden acceder a la tierra y eso es pocos casos. Aunque la mujer herede directamente de su madre, la sociedad haitiana da al hombre más privilegios y limitan a las mujeres acceso y control de la tierra, y de desarrollar una actividad agrícola que le proporcione alimento.
La gran mayoría de las mujeres de estas comunidades no reúnen los requisitos básicos de crédito para sus pequeñas iniciativas productivas, porque no tienen acceso a la tenencia de tierras, y lo que hacen es acudir a prestamistas y están endeudadas por los altos intereses. La agricultura está controlado por el hombre y donde la mujer apoya ante los ojos de los hombres, pero hace igual o más que él, pero no es reconocido su aporte. Las mujeres conocen la agricultura porque siempre han estado ayudando al hombre y saben hasta más que este, pero el machismo hace que no se le valore con esas capacidades y siempre vaya de ayudante, cuando ella es la que trabaja y mantiene muchas veces sola la parcela familiar. Se práctica una agricultura mala, usando insecticidas, malas prácticas de cultivo que no dejan respirar a la tierra, y eso la ha secado, y hoy los suelos están debilitados y en algunas zonas no dan nada¡ se siembra y nada¡ pero eso es consecuencia del mal manejo de la agricultura que ha terminado matando la tierra.
Las mujeres dicen que “toman las decisiones con sus maridos” pero en la realidad son ellos los que mandan, pero es porque han normalizado las mujeres eso. Los hombres deciden todo, salvo casos que son pocos donde los dos deciden. Las mujeres que son cabeza de familia muestran un poco más de autonomía y capacidad de decisión respecto a los hombres de sus familias. Pero la tendencia es a que sean sumisas y haya una relación de subordinación basada en patrones patriarcales.
En la comunidad es igual, ellos tienen el liderazgo y protagonismo social y las mujeres poco a poco empiezan a tenerse en cuenta, pero es largo aún el camino para que se las oiga y respete. Las mujeres están relegadas participan poco en los espacios de poder y de toma de decisiones, y son relegadas a desarrollar acciones de “ayuda social en la comunidad”. No se escuchan sus voces, y por tanto sus necesidades son ignoradas. Hay lugares donde aún se pregunta antes al esposo.
Hace muy poco que las mujeres van a la escuela en este país, hay muchas analfabetas en las comunas. La sequía deja en mayor vulnerabilidad a las mujeres jóvenes que están abandonando la escuela porque sus familias no tienen recursos económicos para enviarlas, y deciden que las mujeres se queden en casa y que los hombres jóvenes continúen su formación. Son pocas las mujeres que logran estudiar superior, trabajar, juntar dinero y comprarse tierras. Mientras menos mujeres se formen, más control tendrá el hombre sobre ellas.
Las mujeres no tienen descanso durante el día, porque solo en traer agua de la fuente tardan 3 horas diarias, y el desgaste físico que sienten es más fuerte porque no están comiendo bien o sencillamente a veces no comen. En cambio, los hombres, tienen sus espacios de “recreación entre hombres”, juegan a las cartas cuando vienen de trabajar en el campo o en otro lugar, y cuando tienen dinero se beben una cerveza (salvo casos de personas evangélicas que no beben alcohol). La iglesia o la organización son como escape para las mujeres que son los dos como sus únicas opciones de hacer y pensar en ellas mismas.
Las mujeres que migran se exponen a múltiples tipos de violencia. Muchas migran de forma espontánea buscando mejorar su situación de vida y terminan en prostíbulos, en Thiotte hay varios donde las mujeres por menos de un dólar trabajan y viven una vida peor de lo que se puede pensar. Se van porque la tierra ya no da, porque no encuentran trabajo de lavar ropa, o vender algo en el mercado.
La mayoría de mujeres son víctimas de violencia, y van a las autoridades y no hacen nada. Hay una alta incidencia de mujeres que viven con la violencia en sus familias, violencia de género, y violencia social. A veces retiran la denuncia, por las amenazas por parte de parejas y familiares; por el temor a quedarse sin el sustento económico que representa la pareja en plena sequia; y por el estigma social que representa ser una mujer empoderada que denuncia a un hombre.
¿Cuál es el estado de los procesos organizativos de las mujeres?
Hay un total de 22 organizaciones de mujeres que están más o menos activas, pero que permanecen. En Boucan Guillaume 4, en Bois D Orme 2, en Thiotte 10, y en Pot de Cambre 4.
Se reúnen cada quince días o mensualmente y tienen 2 a 3 mujeres que sobresalen por su liderazgo. No están del todo organizadas, si les pregunta aún no saben llevar un libro de cuentas, de secretaria, esas cosas las tienen para mejorar. No tienen un padrón de socias para saber cuántas son, eso necesitan mejorar.
Los procesos organizativos están un tanto debilitados, porque no hay proyectos en la zona que apuesten por las mujeres. Si bien CROSE trabaja, pero ahora no es tan directo, porque más se está centrando en el cambio climático, y como mejorar la agricultura con las especies de semillas, y yo no me doy abasto para llegar a todas las organizaciones de mujeres. Se necesita más recursos y proyectos, porque ya ve hay mujeres organizadas que necesitan más apoyo.
Las mujeres conocen poco de sus derechos porque no han recibido formación, salvo las líderes que son las que han podido accedes a formaciones de género y derechos, pero las bases en su mayoría son analfabetas y muy pocas tienen educación superior, y no han sido formadas
Los grupos de mujeres organizadas se ayudan mutuamente, esa es una de las principales razones que las une. Cuando una mujer necesita apoyo se juntan y le dan una ayuda, en eso las organizaciones funcionan y son un aliciente para las mujeres.
Todas las organizaciones de mujeres son miembros de CROSE. Antes apoyaba más porque tenía recursos, ahora no tiene muchos recursos para hacerlo, por eso que las mujeres dicen que no hay un proyecto dirigido a ellas.
CROSE va a las zonas donde la tierra está totalmente seca y la situación de las mujeres es sumamente difícil. Como hay pocos recursos hay que priorizar donde se trabaja.
Las mujeres de las organizaciones demandan apoyo en formación, capital semilla o crédito para sus iniciativas económicas. Para el micro crédito las mujeres necesitan información de cómo deben usar el dinero, sino se lo pueden gastar en la comida. Hay muchas peleas por causa de que las mujeres se gastan el dinero en comida.
Se necesita más sensibilización a las autoridades para que atiendan a las mujeres que acuden a denunciar. Hasta ahora no hacen caso cuando las mujeres van y denuncian. Eso desmotiva a las mujeres.
¿Cómo afecta la problemática ambiental a las mujeres?
Las mujeres asumen las consecuencias de lo que están haciendo sobre todo los hombres, porque la tala de los árboles para hacer carbón en su mayoría son hombres. Ellos se justifican que lo hacen por falta de oportunidades, pero esto lleva de siempre, no es de ahora. Es una actividad ilegal que está normalizada en las comunidades. Los problemas ambientales afectan de modo diferente a las mujeres, porque ellas son las responsables de la educación, alimentación, y crianza de los hijos.
Las mujeres están migrando en mayor número y se expone a sufrir violencia, explotación, sexual y hasta la muerte. Muchas mujeres de las cuatro comunidades han migrado alguna vez y han tenido padecimientos desde ser estafadas, han sufrido robos, insultos, golpes, amenaza, discriminación racial, especialmente cuando se van a trabajar en prostíbulos y burdeles locales.
Las mujeres que viajan por su propia cuenta a la frontera o son llevadas por los buscones. Buscan trabajo “en lo que sea”, ya sea ayudando en las labores del hogar: lavando ropa o limpiando casas; en prostíbulos y bares donde ejercen la prostitución; o en la agricultura. Los salarios de las mujeres son mucho más bajos que de los hombres y ellas aceptan porque no tienen más opciones con la sequía que hay deben hacer lo que sea y eso se aprovecha.